UGT ha realizado de nuevo, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, un balance de la situación de las mujeres en el empleo. Y advierte que la actual normativa no sirve por sí sola para facilitar que las mujeres estén en el mercado laboral en las mismas condiciones que los hombres. Tienen dificultades para entrar y mantenerse en el mercado laboral, promocionan menos a puestos de responsabilidad, reciben salarios más bajos, cuentan con una protección social desigual y siguen asumiendo mayoritariamente las responsabilidades familiares en detrimento de sus carreras profesionales.
El informe del sindicato realiza una radiografía de 2019, en la que se observa una ligera mejoría en aspectos como la actividad, la inactividad, la ocupación y el empleo, en los que la brecha de género se ha reducido levemente, mientras que, en otros como el paro, crecen respecto del año anterior. Es decir, los datos siguen siendo negativos. Las brechas en empleo, igual que en pensiones y en salarios, persisten.
Mejoras tímidas e insuficientes en 2019
La tasa de actividad crece ligeramente y la brecha de género experimenta un leve descenso, pero UGT recuerda que la tasa de actividad femenina sigue siendo inferior a la masculina en casi 11 puntos. Además, las mujeres constituyen el 58% de la población inactiva y la mayor presencia de mujeres en inactividad se encuentra en la población a cargo de las labores del hogar y los cuidados familiares (3.271.700 frente a 372.430 hombres); es decir, de la población inactiva por dedicarse a labores del hogar y cuidados familiares, 9 de cada 10 son mujeres.
También cerca de medio millón de mujeres, frente a 34.725 hombres, no buscan empleo por dedicarse al cuidado de niños o adultos, enfermos, discapacitados o mayores, el 93,20% son mujeres.
En relación a la asunción de responsabilidades familiares, las trabajadoras siguen siendo una abrumadora mayoría en los permisos no retribuidos, como las excedencias (el 88,97% de quienes se acogieron a excedencias fueron mujeres), mientras que la presencia de los hombres en los permisos retribuidos experimenta un claro ascenso.
La brecha en la ocupación disminuye, pero la población ocupada femenina sigue siendo muy inferior a la masculina. Hay 1.711.300 mujeres ocupadas menos que hombres, siendo la brecha en la tasa de empleo de 11,5 puntos, una cifra muy elevada. La brecha de género en cuanto a retribuciones sigue siendo también muy alta, el 21,92% en 2017, se reduce casi al nivel de 2008, pero esto no es garantía de una reducción consolidada.
El empleo a tiempo parcial es un factor muy importante que incide en la precariedad y la desigualdad del empleo femenino, y aunque en 2019 la brecha en el tiempo parcial se reduce en 0,72 puntos, sigue siendo un empleo mayoritariamente femenino, el 74,17% frente al 25,83% del que ocupan los hombres (2.148.350 mujeres frente a 748.250 hombres).
Legislar para avanzar en igualdad
El sindicato subraya que los avances son insuficientes para poder hablar del inicio de una etapa de recuperación de la igualdad y advierte de que el retroceso sufrido en igualdad de género en la última década y la lentitud de los avances cuando éstos se producen, hacen cada vez más intolerable la situación de discriminación y desigualdad que sufren las mujeres.
Por ello, es necesario que se adopten a través del Dialogo Social medidas que de forma efectiva puedan combatir y eliminar la desigualdad que sufren las mujeres en el empleo, incrementar políticas activas de empleo, así como desarrollar normas que faciliten la negociación y adopción de planes de igualdad en las empresas.
Igualmente, hay que abordar el desarrollo reglamentario de la normativa laboral en materia de igualdad de género, derogar la reforma laboral y recuperar el espacio perdido de la negociación colectiva y, de forma específica, aprobar una Ley de igualdad Salarial.
Es prioritario aumentar los niveles de empleo de las mujeres eliminado los elementos de precariedad e infravaloración que caracterizan el empleo femenino, así como la segregación ocupacional, las dificultades en la promoción profesional y el acceso a puestos de responsabilidad, las desigualdades salariales y las deficiencias en el reparto de la atención de las responsabilidades familiares y, en este sentido es muy importante reforzar y garantizar los instrumentos y recursos de vigilancia, control y sanción de la Autoridad Laboral.
En materia de corresponsabilidad es básico contar con permisos retribuidos para el cuidado familiar, de carácter individual e intransferibles, para evitar el abandono temporal del empleo o la renuncia involuntaria a una promoción profesional para las mujeres, por dedicarse al cuidado de familiares.
Asimismo, es urgente poner en marcha un modelo educativo igualitario y fortalecer los servicios públicos, especialmente en Educación, Sanidad y Servicios Sociales, así como garantizar infraestructuras públicas para la atención y cuidados de calidad, gratuitos o asequibles y adecuados, de niños y niñas, especialmente menores de 0 a 3 años y de personas mayores y/o en situación de dependencia.
El sindicato, que reitera su compromiso con alcanzar la igualdad real entre hombres y mujeres, considera que la igualdad, además de ser un derecho fundamental y una cuestión de justicia, constituye una necesidad para el desarrollo social y para nuestra economía ya que un modelo de competitividad basado en la calidad de los productos y los servicios no es posible sin igualdad real en los centros de trabajo.